Fumata blanca

En el corazón del Vaticano, todas las miradas se alzarán estos días de mayo hacia una pequeña chimenea: de su humo, blanco o negro, depende una de las decisiones más esperadas del mundo católico. En tiempos de alta tecnología, la simplicidad de ese signo —el color del humo— mantiene intacto su encanto ancestral. Se sabe que para que el humo sea negro se añade un aditivo a las papeletas; no así si debe ser blanco.