Precariedades
Solo nos podemos acercar a la precariedad de puntillas. En primer lugar, porque la precariedad que encontramos en los otros es también la que hay en nosotros. En segundo lugar, porque la experiencia de la precariedad puede ser tanto un momento de gracia como una confrontación insoportable con el sufrimiento y el mal. La precariedad nos remite así al misterio del ser humano.