El inconsciente como puente hacia lo sagrado
Con motivo del 25º aniversario de la publicación de ¿El inconsciente, morada de Dios?, Josep Otón revisita la tesis central que inspiró aquel primer libro: el inconsciente actúa como una mediación esencial en la experiencia espiritual. Esta idea, alejada tanto de la espiritualidad inmediata del misticismo puro como del reduccionismo crítico que interpreta la fe como un fenómeno estrictamente psicológico, abre un camino intermedio para comprender la dimensión interior del ser humano. Así lo desarrolla en el artículo "Inconsciente, mística y espiritualidad" aparecido en el número enero-junio 2025 de Razón y Fe.
Otón propone entender el inconsciente no como un simple almacén de pulsiones reprimidas, sino como una realidad permeable donde puede tener lugar el encuentro con la trascendencia. Esta perspectiva permite dialogar tanto con expresiones espirituales no confesionales como con el universo interior de pensadores, artistas y creyentes. En este sentido, el autor muestra cómo esta visión se ha ido consolidando en textos oficiales de la Iglesia y ha tenido continuidad en su obra posterior.
Inspirado por autores como Rilke, Weil y Ricoeur, Otón inició este proyecto desde la necesidad vital de expresar un proceso interior profundo. En sus propias palabras, la escritura se convirtió en un ejercicio de búsqueda, un espacio para compartir intuiciones y vivencias que, poco a poco, se transformaron en una propuesta teórica: el puente entre la psicología profunda y la mística cristiana. Así, incorporó pensadores como Carl Gustav Jung y Viktor Frankl, que ofrecen una comprensión del inconsciente como escenario de revelación espiritual.
En este nuevo artículo, Otón reafirma que la experiencia espiritual puede contener elementos psíquicos inconscientes sin perder autenticidad. Es más, estos factores pueden actuar como canales simbólicos que facilitan el encuentro con lo sagrado. Como dice Paul Ricoeur, entre el secreto y la manifestación está la revelación. Así, lo que el inconsciente oculta, también puede revelarlo, si sabemos escucharlo con discernimiento.
Uno de los puntos más relevantes de la actualización de Otón es la referencia a las Normas para proceder en el discernimiento de presuntos fenómenos sobrenaturales publicadas por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe en 2024. Este documento subraya que incluso las manifestaciones aparentemente sobrenaturales tienen lugar dentro de la psicología humana, y que es ahí donde deben buscarse los criterios para valorarlas. La mediación psíquica, por tanto, no desacredita el valor espiritual del fenómeno, sino que forma parte constitutiva del mismo.
Otón defiende que el discernimiento es fundamental tanto en la vida personal como en el acompañamiento pastoral. Allí donde antes se veía un enemigo a controlar (el inconsciente como oscuridad), ahora se puede descubrir un espacio de encuentro, aunque velado, con Dios. El reto es superar tanto el racionalismo escéptico como el sobrenaturalismo ingenuo, y comprender que, a menudo, la presencia divina se oculta precisamente donde no lo esperábamos: en los repliegues más profundos de la propia interioridad.