Manel Ollé: “Al otro lado del mundo hay visiones que no son tan lejanas ni diferentes de las que hemos tenido aquí”
Del 1 al 3 de julio de 2025, el Monasterio de Montserrat acogió la XIX edición del Curso de Conocimiento Interreligioso, dedicado este año al confucianismo y al daoísmo. Bajo el título Religiones y pensamiento en China, el curso ofreció una inmersión profunda en las raíces, la evolución y las expresiones contemporáneas de estas corrientes espirituales y filosóficas. La iniciativa fue impulsada por el ISCREB y el DIM, en colaboración con la Fundación Abadía de Montserrat 2025.
El curso fue impartido por el Dr. Manel Ollé, profesor titular de estudios chinos en la Universidad Pompeu Fabra y docente en el Máster en Diálogo Interreligioso del ISCREB. Con una mirada transversal y gran capacidad pedagógica, Ollé combinó el análisis académico con una sensibilidad vivencial, abriendo espacios para el diálogo entre tradiciones. El programa incluyó sesiones sobre figuras fundacionales como Confucio y Laozi, así como prácticas como el ritualismo chamánico, la cosmología correlativa y el Qigong.
Preguntado por el principal reto de esta propuesta formativa, Ollé explicó: “El reto ha sido, por un lado, hacerlo suficientemente claro y concreto, en un programa intenso y concentrado, para que todo se entienda sin aburrir. He abordado el tema desde la religión, la mitología, la historia, el pensamiento, el arte y la literatura... e incluso desde la experiencia corporal que encarnan estas corrientes.”
El incomparable entorno de la Sala Sant Maur, en la octava planta de la hospedería del monasterio, favoreció la reflexión y la vivencia interior. Con un horario intensivo y una convivencia marcada por el silencio y el respeto, el curso se convirtió en una oportunidad única para acercarse a la sabiduría oriental desde una perspectiva abierta y rigurosa.
En relación con el diálogo entre estas tradiciones y la contemporaneidad, Ollé destacó: “La concepción del mundo que comparten estas corrientes, como un proceso en constante cambio, encaja muy bien con el presente y puede ayudarnos a movernos en él. El confucianismo nos ofrece una reflexión moral introspectiva y un sentido de pertenencia comunitaria —de formar parte de una familia, un lugar, un país—, algo valioso ahora que, al construir la individualidad, hemos llegado a sentirnos bastante solos. El sentido de la naturaleza y de la armonía con el cosmos del taoísmo, así como su apuesta por la intuición y el enraizamiento en la simplicidad, también pueden aportarnos mucho.”
Finalmente, el profesor subrayó el entusiasmo de los participantes: “En general, he disfrutado mucho del interés genuino, tanto de quienes ya conocían estos temas como de quienes intentaban encajar las nuevas piezas con lo que ya sabían. Al final de cada sesión hemos hecho unos minutos de prácticas de armonización de la respiración y de movimiento lento con Qigong, y todos lo han recibido con interés y alegría.” Y concluyó con un deseo: “Al otro lado del mundo hay visiones que no son tan lejanas ni diferentes de las que hemos tenido aquí. Entrar en contacto con ellas puede ayudarnos a repensarlas y a vivirlas con más claridad y con una vivencia personal más auténtica.”