Fumata blanca
En el corazón del Vaticano, todas las miradas se alzarán estos días de mayo hacia una pequeña chimenea: de su humo, blanco o negro, depende una de las decisiones más esperadas del mundo católico. En tiempos de alta tecnología, la simplicidad de ese signo —el color del humo— mantiene intacto su encanto ancestral. Se sabe que para que el humo sea negro se añade un aditivo a las papeletas; no así si debe ser blanco. La película Cónclave ha vuelto apresuradamente a las pantallas y plataformas, recordando a fieles, interesados y curiosos los rituales vaticanos que acompañan las votaciones. El hecho de aislar a los cardenales para preservar su independencia de criterio y su capacidad de discernimiento aumenta el misterio y alimenta especulaciones y recelos.
El escenario y los rituales del cónclave son majestuosos. La elección del nuevo obispo de Roma, que encabezará la Iglesia católica ante 1.400 millones de fieles, no es un asunto menor. Aunque parezca una cuestión eclesial interna, su repercusión espiritual y social es inmensa. Por eso, no solo los católicos siguen el proceso con atención, sino también muchos otros sectores, especialmente del ámbito político. El papa Francisco, cuanto más se ha ceñido al Evangelio, más ha incomodado a determinados grupos, a la vez que ha entusiasmado a otros por su opción preferencial por los pobres, su compromiso ecológico o su insistencia por la paz. En vida, afrontó oposición desde núcleos de poder religioso y político que, ahora, buscan desactivar su legado. Algunas redes sociales han tratado de ensuciar su memoria. Sembrar la duda y esparcir rumores suele dar resultados.
La batalla desde fuera puede ser incluso más agresiva. Vicenç Lozano, antiguo corresponsal en el Vaticano y autor de varios libros sobre el tema, advierte del riesgo real de manipulación del conclave, el más universal de la historia, con miembros de los cinco continentes y procedentes de 71 países. Denuncia el Red Hat Report, que define así: «Es un proyecto de manipulación, impulsado por la extrema derecha internacional, especialmente de Estados Unidos, que veían al Papa actual como desfavorable. El resultado ha sido que se creen dosieres sobre la vida personal e íntima de los cardenales, enfocándose en los más reformistas, para manipularlos, chantajearlos y, en última instancia, adulterar el cónclave».
No todo lo que se publica merece crédito. Existe una expresión conocida: Dios escribe recto con líneas torcidas. El Espíritu Santo sigue siendo el gran protagonista, pese a todo lo que pueda suceder. No impone, pero sí sopla, inspira y orienta el corazón de las personas. En tiempos de incertidumbre y ruido, el silencio del cónclave se convierte en un espacio sagrado donde Dios sigue susurrando. Como en el Horeb, no es en el fuego ni en el trueno, sino en la brisa suave donde se manifiesta su voluntad. Tiempo de elección. Tiempo de discernimiento. Tiempo de fidelidad.