General

Solo es un voto, pero es mi voto

Localització
Barcelona

El último domingo de mayo están previstas, en nuestro caso, elecciones municipales. Ante esta responsabilidad cívica, recuerdo este principio básico de Jean-Jacques Rousseau, expuesto en su obra El Contrato Social, escrita en 1762: «Por poca influencia que mi voz pueda tener en los negocios públicos me basta el derecho que tengo de votar para imponerme el deber de enterarme de ellos». Para realizar esta tarea, antes de depositar mi papeleta en la urna, tengo que reflexionar sobre un tema hoy ineludible, que se resume en la obra de Hannah Arendt Verdad y mentira en la política, publicada en 1972, donde afirma: «La mentira siempre ha sido vista como una herramienta necesaria y justificable para la actividad no solo de los políticos y los demagogos sino también del hombre de Estado». Esta apreciación de Arendt hoy se agiganta a través de la tecnología, que es utilizada al servicio de la publicidad y la propaganda, sin la mínima preocupación por la verdad. Los programas electorales suelen ser desconocidos. No se apela a la razón de los votantes, sino sobre todo a sus emociones y a sus instintos. Muchos usan el mecanismo de destruir la confianza de la gente en sus adversarios a través del engaño, la difamación, los escándalos… Ambiente tóxico de alto voltaje. Discernir en esta situación no es nada fácil.

En unas elecciones, no solo están en juego las ideas políticas o los proyectos de transformación social, que serían inherentes al bien común, sino también intereses individuales. Las personas que figuran en las listas son conscientes de que la victoria, filtrada posteriormente por los pactos de grupos, le proporcionan una silla, un sueldo y unas ventajas que podrán gozar durante cuatro años. Sus entornos y amistades podrán verse beneficiadas por contratos públicos sustanciosos. En realidad, unas elecciones actúan inevitablemente como una oficina de empleo. Si se vive de esta manera, es decir, más como ganancia personal que como servicio colectivo, el bien común se resiente. No es extraño que la política caiga en descrédito, aunque no a todo el mundo hay que meterlo en el mismo saco.

No podemos abdicar de nuestro compromiso cívico ni convertirnos en hooligans de un partido político, como si fuéramos forofos, de un equipo deportivo. Se ha polarizado la sociedad y se ha perdido el matiz del voto. No obstante, no hay que dejarse poseer por el desencanto ni por el cinismo. Solo es un voto, pero es mi voto, del que solo yo soy responsable.

Otras notícias
General

La hospitalidad como camino espiritual y vínculo de fraternidad universal

20 Enero 2025
La hospitalidad es más que un gesto de acogida: es un compromiso profundo con el otro que revela la dimensión espiritual y transformadora de la humanidad. Francesc-Xavier Marín, en la conferencia "La hospitalidad: deber de apertura a la trascendencia", la exploró desde la fenomenología, subrayándola como núcleo de la fe y la convivencia.
General

Sirat: cuando el viaje se convierte en experiencia interior

La película Sirat de Oliver Laxe, recientemente elegida para representar a España en los premios Oscar, no es solo una obra cinematográfica: es una travesía. El profesor Antoni Nello, en su columna en el último número de la revista Foc Nou, advierte desde el principio que estamos ante un filme que exige una actitud determinada del espectador: no mirar, sino dejarse llevar. Sirat no ofrece respuestas claras, sino un camino abierto, un puente tensado entre el infierno y el paraíso, como dice el propio texto que abre la película.
Máster

Criaturas míticas y esperanza: lo que Harry Potter revela de nosotros mismos

¿Cuál es el secreto de una historia que permanece? ¿Qué hace que una novela se convierta en un fenómeno de masas? ¿Qué la transforma en algo más que entretenimiento? Estas preguntas motivaron a la escritora y doctora en comunicación Nerea Riesco a emprender su investigación sobre los best sellers. Su respuesta fue clara: aquellas historias que perduran son las que conectan con lo más profundo del alma humana. Y una de las formas más potentes de hacerlo es a través de los mitos.