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El viaje más largo

Tiempo de vacaciones, tiempo de viajes. Coches, autobuses, trenes, barcos, aviones… sirven para llegar al objetivo escogido. Con frecuencia, no se sabe bien si es más fuerte el atractivo por disfrutar de un destino nuevo que el deseo de marchar del escenario de la vida ordinaria. La distancia también tiene su importancia. Lo cercano es más conocido. Lo lejano lleva aparejado una mayor dosis de aventura. Dentro de nuestro planeta, las antípodas del lugar donde uno está son el punto más alejado posible, que ronda a una distancia de 20.000 kilómetros. Dos elementos básicos de los viajes, el tiempo y el espacio, al servicio de un propósito, de un porqué.

Lie Tse (siglo IV a. C), un sabio taoísta centrado en el arte de vivir, escuchó de su maestro Hu-tse el siguiente pensamiento: «Las personas que son atraídas por el mundo externo están siempre buscando algo nuevo y maravilloso que satisfaga sus sentidos. Sin embargo, solo las personas que se miran a sí mismas encontrarán la verdadera satisfacción». Atracción y mirada, exterior e interior, fuera y dentro, distracción y gozo profundo. Todo interesa, pero el mundo interior, donde reside el sentido de la vida, tiene prioridad para el maestro de Lie Tse.

Dag Hammarskjöld, segundo secretario general de las Naciones Unidas (1953-1961) y premio Nobel de la Paz en 1961, redactó un dietario espiritual de un hombre de acción que tituló Hitos. En él se lee: «El viaje más largo está dentro de uno mismo. El viaje de aquellos que han elegido su propio destino y han emprendido su viaje que conduce a lo más profundo de uno mismo. Pero… ¿tenemos un fondo? Todavía está en medio de ti, pero no tienes una relación con él». Este relevante político sueco considera el viaje interior como el más largo que se puede realizar. Se trata de llegar al fondo de sí mismo, de descubrirlo, de relacionarse con él. Ahí está el fundamento, pero no es fácil acceder a las propias raíces. La dispersión, las distracciones, la superficialidad… dificultan este viaje. Si para un desplazamiento geográfico, se utiliza un GPS, ¿qué instrumentos nos permiten llevar a cabo este viaje interior? Muchos recursos psicológicos pueden ayudar. En mi caso, considero que el eneagrama, utilizado con preparación y sabiduría, presta un servicio excelente. ¿Existen guías, acompañantes? Dante Alighieri tuvo los suyos en su itinerario, expuesto en La Commedia [La divina comedia]: Virgilio y Beatriz. Es muy posible que cuando una persona llegue el fondo de sí misma descubra la fuente de espiritualidad. Para llegar el paraíso, hay que pasar por el infierno y el purgatorio. La tecnología acorta el tiempo entre distancias, pero la vida a menudo necesita procesos largos, como los nueve meses de la criatura en el útero materno. No hay atajos.            

                                                      

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