25 años de ISCREB Virtual: acercando la teología a los laicos
“La formación de los laicos es hoy más necesaria que nunca”, afirma Núria Caum en La Rebotiga de Catalunya Religió. El ISCREB celebra este año el 25.º aniversario de su modalidad de estudios virtuales, una iniciativa que “es fruto directo del Concilio Vaticano II” y de la voluntad “de acercar la teología y las ciencias religiosas a los laicos”. Glòria Barrete, directora de Catalunya Religió, y Pau Duran, redactor del mismo medio, conversan con Caum sobre el valor y la historia de nuestro instituto superior.
El ISCREB nació a finales de los años noventa como evolución de un antiguo centro de teología, y en el curso 2000‑2001 inició su oferta de estudios por internet. Como explica Caum: “Ya antes de la pandemia, el curso en línea nos había permitido llegar a muchos lugares del mundo. Tenemos alumnos en Cataluña, en el resto de España y también en América Latina”.
El ISCREB nació como “una apuesta valiente de la Iglesia catalana para ofrecer formación universitaria de calidad a personas laicas”. Las aulas, tanto físicas como virtuales, acogen “profesores de religión, agentes pastorales, candidatos al diaconado permanente y, sobre todo, laicos vinculados a comunidades o movimientos eclesiales”. Caum añade: “Hay personas que quieren profundizar en su fe, pero también otras que hace tiempo se habían alejado de la Iglesia y que vuelven porque necesitan aclararse”.
En el actual “mundo acelerado, marcado por la inmediatez”, Caum defiende que “la fe y la formación necesitan tiempo”. Y sobre si los creyentes disponen de suficientes recursos para explicar su fe, afirma: “A todos nos falta argumentario. A mí también. El conocimiento de la fe nunca se agota”.
Los estudios que imparte el ISCREB se organizan en dos líneas principales: “el Bachillerato en Ciencias Religiosas, equivalente a un grado universitario, y la Licenciatura, equivalente a un máster”. Las asignaturas van “desde la Biblia y la teología hasta la filosofía, la moral, la historia de la Iglesia y el diálogo interreligioso”. También ofrecen cursos más específicos y diplomas como “Psicología y espiritualidad”, “Mitología y simbología” o formaciones sobre “espiritualidad y liderazgo institucional”.
Otra línea de crecimiento importante es la conexión con Latinoamérica: el Instituto colabora con diversas instituciones del continente, “ofreciendo formación bíblica y teológica a laicos y agentes pastorales”. Caum señala: “Las diferencias culturales … no son un obstáculo, sino una oportunidad para aprender unos de otros”.
Mirando al futuro, el propósito del ISCREB es claro: “Queremos ofrecer razones para la esperanza, ayudar a pensar la fe y a vivirla con profundidad. Y eso solo se puede hacer juntos, en comunidad, con diálogo y con confianza”.