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¿Qué quiere decir hablar de resurrección hoy?

05 de abril 2015

Si la pregunta la hiciéramos a miembros de iglesias cristianas, las respuestas seguramente serían más uniformes. En el centro de la Pascua cristiana, existe la resurrección de Jesús después de tres días de haber muerto en la cruz. Los hechos se sucedieron en el tiempo de la celebración de la Pascua judía.

Ya desde el inicio del cristianismo, el hecho de la resurrección ha sido central. Sólo hace falta recordar el razonamiento de Pablo en la Carta a los Corintios: "Y si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación está vacía, y vacía también es vuestra fe". (1 Co 15,14)

Si la preguntáramos, en la calle, "qué quiere decir resucitar", seguramente las contestaciones concordarían más con las maniobras de resucitación que se practican cuando una persona ha sufrido una parada cardíaca. Hoy en día, encontramos en muchos lugares públicos, desflibriladores para este uso. Cualquier persona con una mínina formación Y/o sólo siguiendo las indicaciones de la misma máquina puede realizar estas maniobras de "resucitación". ¿Pero estamos hablando de esto?

Cuando hablamos de resucitar nos referimos a unas maniobras técnicas para recuperar el ritmo cardíaco que se había perdido? O, nos referimos a una cosa totalmente diferente? Si el centro de culto cristiano es la resurrección del Cristo, los cristianos, hoy, deberíamos encontrar el lenguaje apropiado para expresar de una manera entendible lo que manifestamos.

¿Qué hay detrás de esta celebración? Para los primeros cristianos, había una gran fiesta porque se había pasado de un fracaso trágico a una esperanza transformadora. Se cambió el día más importante de la semana litúrgica del sábado (shabat) al domingo ya que Cristo resucitó este día según los cálculos de sus coetáneos. Si para los judíos que se apropiaban del legado cristiano, el sábado continuaba siendo el día de reposo; el día sagrado, el domingo era un día especial de fiesta que recordaba el hecho central de su fe: la resurrección de Cristo.

Cómo hacerlo para conservar en nuestros días la idea original de la celebración de la Pascua. Todos somos conscientes de que vivimos momentos de gran trasvals. Sólo oímos palabras que hablan de crisis, de corrupción, de falta de valores, de asesinatos masivos, de persecuciones por todo tipo de motivos: religión, color de la piel, género... Parece que estemos instalados en una semana trágica que no se acaba.

Hoy es un buen momento para recordar, en primer lugar a nosotros mismos pero, también a todos los que quieran escuchar, que tenemos motivos de esperanza a pesar de los momentos vividos. La resurrección no se puede quedar en un volver a la vida que habíamos dejado, sino volver a una vida transformadora. Esta es la buena noticia. Jesús resucitó. Jesús ha resucitado. Y esto nos lleva a la esperanza que ha de transformar nuestro pesimismo a una alegría contagiosa.