Espacio de encuentro

La Iglesia hacia el Islam: 800 años de la visita de san Francisco de Asís al sultán al-Malik Muhammad Al Kamil

En ocasión de la celebración del 8.º centenario del encuentro entre san Francisco y el Sultán Al Malik Muhammad Al Kamil, en la isla egipcia de Damieta, la Asociación de Antiguos Alumnos, Amigos y Alumnos del ISCREB invita al profesor Xavier Garcia y Farràs a hablar de aquel encuentro, y a reflexionar sobre cuán importante es que los cristianos continúen acercándose al Islam. Aquí tenéis un resumen de la conferencia del mismo ponente.

¿Cómo hemos de actuar?

Es importante que desde el catolicismo, recordemos cuál puede ser nuestra manera de actuar ante el Islam, en nuestro día a día, desde nuestra fe y deseo de cristificación. Son diferentes los textos evangélicos que nos lo recuerdan, y a los que nos podríamos referir.

El pasaje del tercer anuncio de la muerte de Jesús y la Curación de los dos ciegos en Jericó, camino de Jerusalén. Subiendo a la Ciudad Santa, en un diálogo con la madre de los hijos del Zebedeo, Jesús hace tres afirmaciones que nos invitan a hacer kenosi en nuestra vida, a ser los últimos servidores:

• "Quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad"

• "No sabéis qué pedís. ¿Podréis beber la copa que yo tengo que beber?"

• "El Hijo del hombre será entregado a los grandes sacerdotes y a los metros de la Ley, lo condenarán a muerte y lo pondrán en manos de los paganos para que lo escarnezcan, lo azoten y lo crucifiquen; pero al tercer día resucitará"

Mt. 20: 18 – 19

Jesús sale al encuentro de dos ciegos en una región pagana, en Jericó. Se para ante el clamor de los enfermos, los interpela: "¿Qué queréis que haga por vosotros?" Se clarifica el deseo de salvación en cada uno, de curación: "que se nos abren los ojos".

Jesús utiliza su misericordia, y puede lamentar el sufrimiento de la criatura creada, estimada; toca a los indispuestos y los cura. Ven, ven a Jesús, su luz. En palabras de Isaías: "Te he hecho luz de las naciones para que lleves mi salvación de un lado hacia el otro de la tierra."

Este hecho nos pone en movimiento. Un kairós de Dios se ha hecho carne, una nueva encarnación. Un perder el cuerpo del sufrimiento humano, del creado; lo siguen detrás; con todo su bagaje cultural, social. Jesús no pide nada a cambio. Solo uno "ven, y sígueme" Mt 19: 21

Recupero también la Santísima Trinidad. Tres personas un solo Dios. Padre, Hijo, y Espíritu Santo. Esto me lleva a pensar en un padre; dos hijos, diferentes, cada uno con su estilo, su característica. Los unen, no obstante, los mismos genes del padre. En este caso: Abraham (padre), Ismael e Isaac (hijos).

Estos dos hijos, plenos de historias y actuaciones, identidades diferentes, los une a Abraham:

-          La confesión de la soberanía del mismo Padre sobre ellos, sobre nosotros.

-          La sumisión a Dios clemente y misericordioso.

-          La práctica de la oración.

-          La solidaridad con los desvalidos de la tierra y la lucha por la justicia.

A nosotros, que somos herederos de Abraham, hijos de la dinastía de Isaac, nos unen estas cuatro características comunes que se confiesan en la fe de las dos ramas. Quiero recordar que en el diálogo que Dios mismo tiene con Abraham, por el mandato de sacar de casa a su Hijo Ismael, junto con su madre esclava y egipcia, consuela la tristeza de Abraham con la promesa que "haré un gran pueblo".

Agar, Ismael, en el desierto, en el Egipto. Solo, expulsados, abandonados. La misma promesa de Dios sobre el niño desconsolado a su madre: "yo haré de él un gran pueblo". Sin hacer cronología, podemos afirmar que el Islam es descendencia de Ismael.

Sultanatos actuales e Islam hoy

No todos los países que se mueven por la ley islámica son sultanatos. Actualmente hay manantial. Son monarquías, países shiriff (santos), que funcionan solo por la ley islámica (dawla). Siguiendo la orden; teniendo en cuenta los países que en certeza el sultán es descendente de Mohammed (países alauitas) son estos: Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Jordania, Marruecos. También y sin seguro de descendencia: Brunéi, Malasia, Omán, Qatar, Kuwait, Bahréin.

Depende de la zona, estos monaras mamalakah (reinado de malik –rey) se dividen en califato (califa), sultanato (sultán), emirato (emir).

Estos representan un todo, un absoluto, en las leyes, en las normas, en cualquiera situación que se presente. Tienen la última palabra. Nosotros diríamos dictadura. Hay, pero, una connotación espiritual. Es descendente de Mohammed. Por lo tanto tiene la misión de velar por el cumplimiento del libro, del Coràn.

El sultán al- Malik Muhammad al - Kamil

Muhammad Al – Malik Al Kamil sucedió a su padre Al – Adil como sultán del Egipto. [califato fatimí en árabe fatimyyún; fue el cuarto califato islámico, el único chii de toda la historia ismailita – concretamente. Dominó el Norte de África desde el año 909 hasta los alrededores del 1200. Establecida en Túnez controlaba la costa Mediterráneo de África y estableció su califato en Egipto en la segunda mitad del S. X. Incluía además del Egipto parte del Magreb, Sudán, Sicilia y el levante Mediterráneo y la región de la Hiiaz.

Al Malik, siendo todavía adolescente, acompañó a su padre y a su tío Saladí en la batalla, recibiendo una buena formación militar que lo convirtió también en un gran estratega político. El año 1192 vivió de cerca junto a su padre el asedio de la ciudad de Acre y conoció personalmente al Rey Ricardo I que en una tregua de paz lo nombró caballero en la noche de Pentecostés.

Era un hombre culto, conocedor de las lenguas de los croatas; esto hace creíble el encuentro y la comunicación entre el culto sultán y el iletrado Francisco. Un año de mandato y poder lo precedía cuando se encontró con Francisco. A pesar de que la iconografía nos lo representa con aspecto de sabio anciano, tenía 39 años, y Francisco tenía 37. Aclamado por su pueblo para combatir dos cruzadas pero también vilipendiado para volver Jerusalén a los cristianos a cambio de que se respetaran sus dominios.

Se lo describe como una bestia cruel que en la presencia de Francisco se sintió transformado en un hombre manso. Ordenó que curaran a los dos hermanos de las heridas durante el arresto. Mandó que los atendieran con mucho de respeto. Francesc pudo exponer libremente la Palabra de Dios en los musulmanes. Sin éxito. Se los miraban con hostilidad y desconfianza. No el Sultán. Cada día conversaba con él y lo ponía a prueba en su fe y su sabiduría. Ordenaba.: - ' que venga este hombre parece un buen cristiano...'

Merece la pena leer la 1 de Celano en la historia de Francesc. Nos confirma que el Sultán, en contra de la ley – tenían que morir decapitados -, declaró: "Esta vez iré contra la ley. No seré yo quien condene a muerte a quién viene a salvar mi alma" posando en riesgo su propia vida. El sultán ofreció a Francesc valiosos regalos que no aceptó ni siquiera por los pobres. Al Malik obsequió pues, con un cuerno cortado de marfil que se conserva al Sacro Convento de St. Francesc en Asís. Esto fue el pasaporte que permitió a Francesc recorre libremente tierras musulmanas; él y sus hermanos. De aquí viene que los franciscanos HOY son los custodios de buena parte de los lugares Sants a la tierra de Jesús.

A la despedida el sultán, en secreto, dijo a Francesc "Pregad a Dios porque se digne a manifestarse cuál es la ley y la religión que más le gusta. –"

Cristianismo hacia el Islam

Por habla de la Iglesia y su entorno o su estancia en el mundo islámico opto para escoger el movimiento de la Iglesia hacia el islam. La Iglesia sale, va al encuentro de alguien. Implica la idea de salir en su investigación.

En cualquier país del islam la condición de extranjero es, además de social, una condición teologal. Una iglesia que hoy es forastera y emigrante por ley, lo es también por ley, y por su fe. Si en estos países nos hace extranjeros una limitación de libertades, en todo lugar lo somos por la vocación a la cual hemos sido gritados.

Somos peregrinos por gracia, como lo fue Abraham, como lo fue Jesús de Nazaret.

Abraham tenía casa nativa. Casa paterna. Un día, el llamamiento de Dios lo hacéis un hombre arrancado de su tierra por la fuerza de una esperanza. – Salió sin saber dónde iba-. Por la fe, emigró a la tierra promesa, como un extranjero, viviendo en tiendas como Isaac y Jacob, herederos de la misma promesa. De Dios, el arquitecto y constructor, esperaba una ciudad muy fundamentada. Hb 11: 8-10. La palabra de Dios arranca al hombre de su mundo, el 'des-tierra', lo hace forastero y emigrante: "Sale de tu tierra" Gen 12: 1 – 2. También Jesús salió desde Dios hacia el hombre. Joan expresó así con palabras de Jesús hacia sus discípulos, el misterio de su peregrinación.

 Jn 16; 27 – 28: "Es el Padre mismo quién os estima, puesto que vosotros me habéis estimado y habéis creído que yo he salido de Dios. He salido del Padre y he venido al mundo; ahora dejo el mundo y me vuelvo al Padre."

Entre aquel salir, y este volver, se rebeló en el mundo el misterio de la encarnación, misterio de la Palabra que salió del Padre para venir al encuentro del hombre.

Gracia de Dios es el llamamiento de salir, gracia es la promesa que mueve a quién la sale, gracia la misión que se le confía; gracia el mensaje que puerta; gracia el do que reciben aquellos a quienes el mensajero es enviado. Bajar, condición necesaria para el encuentro.

Es necesario pensar en el camino que va recorre Cristo para encontrarse con nosotros. Él salió desde Dios hacia el hombre, desde la Eternidad al tiempo, desde la luz de la gloria a la oscuridad de la noche, desde la condición divina al más fondo de la condición humana, queda expresado en el himno que Pau escribe a los filipenses.

Flp. 2: 6-9: "Él, que era de condición divina no se quiso guardar celosamente su igualdad con Dios, sino que se hizo nada; tomó la condición de esclavo y se hizo pareciendo a los hombres. Tenido por un hombre cualquiera, se bajó y se hizo obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo ha exaltado y le ha concedido aquel nombre que está por encima de todo otro nombre."

Hasta el final el camino de la sorpresa de Jesús, lo vemos bajarse, no solo en relación con Dios, sino que también en relación con los otros hombres. Revelado el misterio de la encarnación del Verbo, ya no cabe más grandeza que la de ser "pequeños", ni más sueño que el de ser humanos, ni jefe más ambición que la de ir por el mundo con el humilde paso de Jesús.

Para ir verso el hombre, Jesús no escogió el camino del diálogo entre iguales [ R. Schnackenburg, - El evangelio según san Juan].

Diálogo, respeto, serán categorías necesarias para regular las relaciones entre los hombres. No sirven para ir al encuentro de aquellos que hasta siendo de la Palabra, no la conocen, del que no te espera a pesar de que te necesite, el que tiene su mundo y no te echa de menos, del que tiene su verdad y no cree que tenga que buscar otra entre las verdades de los otros. Dialogar desde la diferencia, respetarnos en la diferencia, ayudará a discernir como orientarnos en las relaciones con el otro, pero no nos llevará verso el otro.

El camino de Kënosi recorrido por Jesús, su descenso no solo es su camino; tiene que ser también el camino de la Iglesia que es su cuerpo. El Señor no vino al mundo para convivir pacíficamente con sus vecinos, sino a dar la vida por todos y por eso es necesario darse. No hay bastante con ser buen vecino. Juan así lo expresó:

 • Jn. 3: 16: "Dios ha amado tanto el mundo que ha dado su Hijo único para que no se pierda ninguno de quienes creen en él, sino que tengan vida eterna".

• Jn. 4: 10: "Si supieras cuál es el don de Dios y quién es el que te dice: Dame agua, eres tú quien la habías pedido y él te habría dado agua viva"

• Jn. 6: 32-33: "Os lo bien aseguro, no es Moisés quién os ha dado el pan del cielo; es mi Padre quién os da el auténtico pan del cielo. El pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo."

El diálogo y el respeto no te hacen pan en la mesa del otro. La Iglesia como Cristo es enviada para ser pan para que todos puedan alimentarse.

Hoy, salimos al encuentro

En mi opinión dos grandes milagros han sucedido. Muy grandes. Dos encuentros con sultanes. Un emir y un sultán. El primer encuentro, el 2, 3 y 4 de febrero con el Emir Bin Abdul – Aziz al Saüd en el Estados Unido Arábigos. El encuentro del 4 de febrero de Francesc y el grande Imam, persona delegada por la Imam que dirige la oración, donde se firmó el documento sobre la "Fraternidad humana", donde se afirma que la fe lleva al creyendo a ver el otro como un hermano que tiene que sostener y estimar; la fe en Dios que ha creado el universo, las criaturas y todos los seres humanos – iguales por su misericordia. Este documento hace referencia a la relación entre Oriente y Occidente. El uno aporta espiritualidad en un mundo materialista. El segundo encuentro se dará el 30 – 31 de marzo, a Rabat. Viaje del papa Francisco a un país Alauita Shiriff.