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Chillida: una ventana abierta a la transcendencia'

22 de marzo 2017
Jòrdan Faugier

1.- ¿Qué es el arte?

El arte es, entre otras muchas cosas, una ventana abierta a la trascendencia. Cuando nos ayuda a introducirnos en el misterio de nosotros mismos, de Dios y del mundo, el arte también puede convertirse en un ámbito mistagógico privilegiado que nos ayude a nosotros y en nuestras comunidades a construir horizontes de plenitud.

En esta tesina lo he intentado mostrar (no demostrar) a partir de la vida y obra de Eduardo Chillida. La experiencia estética posee dos rasgos que conviene tener en cuenta: por un lado, ensancha, abriendo en nosotros un espacio de gratuidad y comunión; y, por otro lado, trasciende, es decir, nos eleva por encima de nosotros mismos abriéndonos hacia ámbitos nuevos y desconocidos.

El viaje artístico -al igual que el viaje espiritual- es un viaje que transita siempre por senderos nuevos que no han sido visitados anteriormente; de perplejidad en perplejidad, con la capacidad del niño de maravillarse a cada instante.

 

2.- ¿Cuál es la importancia del símbolo y del simbolismo en la obra de Chillida?

Desde la teología, la experiencia estética, la experiencia de la pulcritud, ha sido considerada un itinerario adecuado para dejarse encontrar por Dios, ya que la verdadera experiencia estética suscita la pregunta por el sentido, desvela la dimensión espiritual de la ser humano, lo admira, lo maravilla y lo pone en un itinerario hacia el Inefable, hacia el Misterio.

Por medio del arte, el ser humano encuentra un camino en la experiencia estético-religiosa y la experiencia religiosa y espiritual encuentra una vía de manifestación en el arte. Y es que tanto en el arte como en la religión se hace patente un suplemento simbólico que, aunque sea de forma parcial, ayuda al ser humano a trascender su límite, consustancial a su existencia, y así poder dar expresión a los contenidos trascendentes, tanto a sí mismo como respecto al mundo.

El símbolo hace presente al ausente y por ello el simbólico del arte, remite y al mismo tiempo esconde. He aquí el doble aspecto del arte de revelar y ocultar, que nos ayuda a entender un poco mejor el porqué el arte también puede ser concebido como una mediación poético-simbólica de acercarnos al Misterio o, mejor aún, por dejarnos encontrar por Él. Sin duda, este aspecto simbólico del arte está muy presente en toda la obra de Chillida.

 

 3.- Está muy lejos arte y religión en Chillida?

La obra y la vida de Eduardo Chillida -considerado el poeta de la escultura del siglo XX- pensamos que manifiesta de una manera diáfana este vínculo estrecho entre lo artístico y lo religioso o espiritual. Una contemplación pausada de la obra de Chillida, con una abertura que conduzca a la escucha profunda de lo que la obra nos quiere revelar, despierta en nosotros el anhelo de trascendencia subyacente en la profundidad de nuestro ser y nos adentra en esta profundidad del Real. Quizá es por este hecho, que el filósofo Eugenio Trías definirá la escultura de Chillida como sagrada y reflexiva a la vez. Chillida consideraba sus obras quietas, calladas y abiertas, como interrogantes que buscan abrir los humanos hacia la trascendencia. Nuestro artista insistió menudo que, si él hacía la clase de escultura que hacía, era para tratar de explicar cosas que no se podían explicar de otra manera. No en vano, a menudo hay que recurrir al arte para hacer frente a aquellos lugares que la razón no puede alcanzar. Por ello en la experiencia de los límites últimos del lenguaje concurren el artista y el místico, el silencio y la palabra, el vacío y el espacio. Tanto las experiencias y expresiones artísticas como las místicas son experiencias que señalan hacia una unificación de la persona consigo misma, con los demás y con el mundo. Además, arte y mística comparten tres elementos fundamentales que no pueden faltar nunca: pasión desmedida (que es entrega), paciencia ilimitada (que es estar siempre) y atrevimiento irreductible (que es riesgo).

 

4.- Los huecos de Chillida interpelan a Dios. Con esto quiere decir que el Señor siempre estará a nuestro lado para llenarnos los huecos vitales?

En el lenguaje plástico de Chillida, enmarcado en una tradición artístico-religiosa que asume al mismo tiempo ecos evidentes de la estética oriental y la vía apofática desde la abstracción, se hace patente el lenguaje simbólico sustentado en el movimiento dialéctico de la materia y el vacío.

Por ello, en la tesina hemos querido hacer hincapié en estos tres aspectos fundamentales de la obra de Chillida: la estética apofática, la estética oriental y la importancia de vacío. Chillida -que siempre se consideró a sí mismo como un aprendiz de plenituds'- creía firmemente que Dios siempre había estado presente en su obra y en su vida. Además, reconocía que la mística había tenido una influencia fundamental en su obra, la que intentaba plasmar y transparentar la Incandescencia del la Luz de lo Intangible.

Evidentemente, el vacío de Chillida también podrá ser interpretado desde esta perspectiva mística como este espacio, este desalojo de yo para dejar espacio al Otro (Dios) y los demás. Un vacío -que como ya se ha comentado "hace lugar" (Toki-Egin), "da espacio" al sagrado, prepara la estancia de una posible epifanía.

 

5.- Finalmente, una pregunta más personal. Por qué Chillida? ¿Cuáles son los principales motivos por los que has elegido este autor a la hora de elaborar la tesina?

Sin duda, el motivo principal de esta tesina, fue poder una último homenaje a mi difunto padre: artista, pintor, escultor y un gran admirador de la obra de Chillida. Durante los 3 años que duró la búsqueda de materiales de la tesina, mi padre fue siempre a mi lado y sus últimas obras en esta tierra fueron dedicadas a Chillida.